Como ya hiciera en El mar, el mar, Iris Murdoch crea en esta novela una de las voces masculinas más persuasivas y seductoras de la literatura del siglo XX. En este caso se trata de Bradley Pearson, un escritor ya mayor que sufre un bloqueo creativo. Rodeado de una telaraña de variopintos y curiosos personajes -su inefable hermano, su ex mujer y un joven y deplorablemente exitoso escritor llamado Arnold Baffin...-, Pearson intenta buscar una salida desesperada a su angustiosa situación, al tiempo que se ponen de manifiesto las más absurdas complejidades de las relaciones sentimentales. El príncipe negro es sobre todo una novela sobre la experiencia de estar enamorado y una reflexión sobre la naturaleza de la literatura y el arte, además de un thriller intelectual sabiamente construido.