La figura del grabador mexicano Manuel Manilla se ha quedado durante mucho tiempo a la sombra de José Guadalupe Posada. Este libro, ricamente ilustrado, otorga a Manilla su lugar como artista por derecho propio, tanto por reunir un gran conjunto de sus obras por primera vez, como por su diseño que hace eco al conocido volumen de Mexican Folkways, que se dedicó a Posada en 1930. Los grabados de Manilla abren una vista a la vida teatral, las corridas de toros, las costumbres tradicionales y la pintoresca vida cotidiana de finales del siglo XIX en la Ciudad de México. El ensayo de Mercurio López que acompaña las imágenes es fruto de una nueva investigación acerca de Manilla y su entorno.