Desde fines de la década de 1960, la noción de lo ordinario ha supuesto para la arquitectura un instrumento para investigar fenómenos urbanos emergentes y, por extensión, para formular conceptos desde el escrutinio de lo existente. Esta práctica de la teoría de la arquitectura ha consistido en la selección de una ciudad aparentemente irreducible para la disciplina y en un viaje y un proyecto de documentación que tienen por resultado el hallazgo o la formulación de nuevas arquitecturas. El objetivo de este compendio es articular su genealogía, desde Las Vegas a Tokio, pasando por Nueva York y los descampados europeos.