Pese a que la relación con la naturaleza es intrínseca al género humano, la evolución de centros urbanos con una elevada densidad de población ha ido debilitando progresivamente este lazo único. La incorporación en el hogar de espacios exteriores destinados tanto a la realización de las tareas de cocina y de limpieza como al descanso caracterizaba ya los ejemplos más tempranos de viviendas. En la actualidad, la tendencia a la integración de espacios al aire libre es un significativo intento de restaurar el vínculo con la naturaleza, o, cuando menos, con el exterior.