Como escribió Jean-Paul Clébert: «Un diccionario de símbolos es una empresa demente y digna sólo de un personaje de Borges». La dificultad al abordar una tarea semejante viene dada en primer lugar por la polivalencia de los símbolos que hace imposible que se agote la significación de ninguno de ellos y es preciso en cada caso examinar los contextos psicosocial, histórico e iconográfico, antes de aventurar una interpretación. Esta premisa, además, hace muy difícil un elenco exhaustivo de los mismos.
El objetivo de Federico Revilla es que esta obra sea una base, un punto de partida para la profundización iconográfica y simbológica de quienes se sientan atraídos por estos horizontes.