Pese a que sus fotografías tenían un evidente carácter comercial, incluso de encargo, su paciencia y minuciosidad en el desarrollo de su trabajo –con técnicas incluso obsoletas-, impregnaron su obra de un aire de sofisticada modernidad que aún hoy conservan. Sus imágenes de París, Francia y el espíritu de lo francés, constituyen un ejemplo de catálogo visual objetivo que ha sido imitado por muchos otros con posterioridad.