Este volumen reúne, en cerca de seiscientas fotografías, las obras clásicas de Cartier-Bresson, además de material inédito, recuerdos de su infancia y adolescencia, la guerra y su familia y sus mejores dibujos y pinturas. Se trata de un retrato fiel del fotógrafo reconocido internacionalmente, pero también del Cartier-Bresson más íntimo, el que ha marcado con una impronta personal su modo de fotografiar el mundo.