El cine es, actualmente, la columna vertebral
de una forma de expresión narrativa que tiene
sus orígenes en la literatura romántica del siglo XVIII,
literatura que, lejos de estar obsoleta, es constantemente
cuestionada y renovada, interpretada y ampliada
con nuevas propuestas, como el terror gótico.
Pesadillas en la oscuridad. El cine de terror gótico
propone al lector un viaje a través de la intrincada
y ya antigua relación entre la narrativa de terror gótica
y el séptimo arte, una relación que va más allá de su gusto
por lo bizarro, por lo monstruoso, por lo extremo,
a fin de representar la experiencia radical del hombre
cuando descubre las tensiones existentes entre lo que cree ser
y lo que realmente es. Como expresión predominante de lo gótico
en la cultura del siglo XX -por encima de la literatura, la música
o la moda-, el cine ha sabido ser flexible, provocativo,
capaz de someterse a revisiones, perversiones e hibridaciones
de toda índole. Pesadillas en la oscuridad. El cine de terror gótico
abarca desde los famous monsters de Universal Pictures
hasta personalidades creativas tan complejas como David Lynch
y Tim Burton, pasando por el agresivo pictorialismo de Hammer Films,
la poética macabra de Riccardo Freda y Mario Bava,
o las últimas revisiones de mitos como Drácula, Frankenstein
o el Hombre Lobo, sin olvidar la pintura, la música, o las tribus urbanas... Pesadillas en la oscuridad. El cine de terror gótico
supone, en definitiva, un viaje al lado oscuro del cine y del hombre,
que todavía fascina a productores, realizadores y público.
"Las historias de terror gótico, tanto en el cine como en la literatura, nos ayudan a distinguir algunos de nuestros más importantes deseos y ansiedades, desde los más interiores, mentales o espirituales, hasta los más amplios, de tipo social y cultural".
Clive Barker
"La atmosférica presencia de vetustas mansiones señoriales, de mohosos castillos, agrestes montañas, frondosos bosques y desolados páramos, siniestros cementerios y decrépitas ruinas... la rebelión del Mal contra el Bien, y aún más, la rebelión del Maldito, del Paria, hacia una sociedad, hacia un universo que lo ha condenado arbitrariamente a la infelicidad más absoluta; la presencia de seres demoníacos -«lo que no puede explicarse ni por la inteligencia ni por la razón», según comentó el poeta y dramaturgo alemán J. W. Goethe-, bien sean humanos o inhumanos; la presencia de damiselas en peligro; el gusto por lo macabro, lo violento, lo terrorífico, lo monstruoso; esa combinación de lo bello y lo grotesco de la que hablaba Victor Hugo, cuya hermosura extrema es capaz de llevar al espectador a un éxtasis más allá de su racionalidad... Todos estos elementos dramático-estéticos son la base para un movimiento fílmico como el cine de terror gótico, un género en constante renovación".
Antonio José Navarro