En 1958 comenzaron a forjarse las circunstancias que, un año más tarde, permitirían el estreno de Los 400 golpes e Hiroshima mon amour en el festival de Cannes. Fue la puesta de largo de la Nouvelle Vague, el más emblemático e influyente de los nuevos cines de los años sesenta. Los realizadores integrados en este movimiento promovido desde las páginas de la revista Cahiers du Cinéma fueron grandes admiradores del cine clásico norteamericano pero, una vez situados tras las cámaras, pusieron en práctica una nueva gramática del lenguaje cinematográfico y aportaron perspectivas temáticas más acordes con los intereses juveniles de la época. Este volumen parte del análisis de las circunstancias sociológicas, industriales y estéticas que favorecieron la irrupción de este movimiento para situarlo en la perspectiva de la historia de los siguientes cuarenta años del cine francés. Un análisis de los once principales realizadores situados en su órbita permite conocer los grandes rasgos de la obra de Chabrol, Demy, Duras, Godard, Malle, Resnais, Rivette, Robbe-Grillet, Rohmer, Truffaut o Varda para dar paso, finalmente, a los rastros que han dejado en las posteriores generaciones de cineastas franceses.