Este libro establece las complejas relaciones del futurismo italiano con la arquitectura, reivindicando la relectura de una etapa de transición que va desde el eclecticismo de finales del siglo xix al período impositivo del Movimiento Moderno. Una época en la que las tendencias de vanguardia determinaron un ambiente proclive a nuevas investigaciones y propuestas en un mundo que se transformaba radicalmente. El futurismo, desde 1909 a 1944, estableció un programa de renovación de todas las artes en el que la arquitectura ocupaba una posición privilegiada.
Desde la aniquilación de las ciudades del pasado a las propuestas de Sant'Elia y Chiattone, hasta las ideas de los arquitectos del segundo futurismo que entroncaron con los parámetros iniciales del racionalismo, este ensayo constituye una mirada pormenorizada sobre algunos de los proyectos utópicos más apasionantes que han configurado el extinto siglo xx.