El arte ocupa una parcela muy importante de las sociedades humanas. Sin embargo, lejos de permanecer al margen de las disputas mundanas, es tan ensalzado por unos como denostado por otros, acosado por preguntas que cuestionan su esencia y su función. ¿Nos hace mejores el arte? ¿Supone un signo distintivo de la civilización? ¿Por qué el arte «culto» se considera superior al arte de masas? ¿Son los juicios artísticos algo más que opiniones personales? Y, yendo más allá, ¿qué son las obras de arte? ¿Pertenecen a una categoría especial y sagrada? ¿Pueden los neurólogos que investigan el impulso y la apreciación artística aportar algo útil sobre la cuestión? En la primera parte de este libro, John Carey ofrece respuestas profundas y sorprendentes a estas preguntas y a otras relacionadas con ellas, mostrando su erudición y su ironía. En la segunda, desde una perspectiva subjetiva y totalmente personal, presenta sus argumentos para elevar la literatura por encima de todas las demás artes.