La imagen occidental de “Oriente” tiene una larga historia llena de tensiones y violencia, odio e incomprensión. Esta obra analiza todas las etapas desde las primeras confrontaciones entre el cristianismo y el islam y muestra cómo evolucionó nuestra imagen de lo “oriental” a través del medioevo, el Renacimiento, la Ilustración, el colonialismo decimonónico y hasta el presente.
Se trata de una radiografía que nos muestra todos los rasgos de un discurso de superioridad y de una mirada siempre condicionada por prejuicios con respecto al retraso cultural y económico, la mentalidad inmadura o la falta de un sistema jurídico racional, que se encuentran en la literatura de viajes, la narrativa, la pintura, lo mismo que en estudios antropológicos.
Este libro no es un ataque fanático contra nuestros prejuicios, sino una invitación a revisar nuestra larga tradición de construcciones imaginarias, en las que no hay que omitir las pseudo-memorias de Marco Polo, la historia de Robinson Crusoe, los reportes de miles de misioneros y la actividad propagandística de los poderes mundanos y eclesiásticos en función de una definición de Occidente como el referente siempre superior en todos los aspectos.