Este trabajo habla sobre el efecto terapéutico del humor par alas más graves enfermedades de la religión y la política. Lleva finalmente por título las palabras necesarias para expresar que sólo la liberación de la inteligencia con todas sus potencialidades posibilitará la percepción estético-moral del otro como co-presencia que consiste en destino. El día que la inteligencia, trastornada o enmudecida, pueda advertir las cosas, y advertirse, desde los impulsos y tonos que le da la naturaleza, y con ellos, ese día será posible una etapa verdaderamente nueva, reformada, de la Humanidad.