Dos partes diferenciadas conforman esta obra. Una es un despliegue de interpretación histórica, acompañada de una bibliografía de referencia, a modo de guía de investigación y, de una cronología orientada a situar y proyectar lo histórico y lo político. La exposición histórica no elude lo políticamente incorrecto en muchos aspectos, por cuanto asalta tabúes, diluye mitos y, tampoco aporta homilías redentoras, tras un trayecto de dos siglos. Su clave pretende comrprender el resultado de tanto esfuerzo malgastado, tanto naufragio de esperanzas, en fin, por qué el balance es más bien triste y se ha llegado tan poco lejos y con el complejo de volver a empezar.
Afortunadamente, Iberoamérica ha conseguido sustraerse a una suerte de africanización respecto al nuevo orden internacional, que se ha ido rápidamente confirmando, por muy problemático que sea su momento actual.
El otro despliegue, la parte más amplia del libro, es el de una documentación de distintos niveles de textos básicos y otros (auto)críticos y poco complacientes, que incluyen además aportes periodísticos incisivos e incitantes.