En este libro, el periodista Mark Huband sostiene que la implicación extranjera en África —por parte de las potencias coloniales, ciertas iniciativas económicas, los políticos reformistas y los protagonistas de la Guerra Fría— ha sido uno de los acontecimientos más catastróficos para la historia de ese continente. Según Huband, las calamidades que se han sucedido allí desde el final de la Guerra Fría son el legado de esa presencia, y África sólo podrá alcanzar la estabilidad si se permite que sean los propios africanos quienes busquen las soluciones para sus problemas. Huband afirma que el fin de la Guerra Fría puede suponer para África una posibilidad de alcanzar la independencia que no pudo lograr plenamente cuando los poderes europeos se desvincularon de sus antiguas colonias.