En esta obra, Didier Anzieu prolonga su reflexión consagrada al trabajo psíquico creador iniciado con El cuerpo de la obra, que bosqueja así el balance de su vida intelectual para intentar captar su unidad directora. Los dieciocho capítulos que incluye esta obra le permiten mostrar en qué medida el trabajo creador es una medalla cuya cara negativa, destructora, es indisociable de la cara positiva, creadora."