El pensamiento paisajero no es el pensamiento del paisaje. Este libro no es una historia del pensamiento del paisaje. Plantea la pregunta: ¿por qué este desconcertante contraste entre las innumerables generaciones que no poseían pensamiento del paisaje, pero que nos han dejado tantos paisajes admirables, y esta generación que, sin dejar de hablar y de escribir sobre el paisaje, lo destruye a gran escala por todo el territorio?
Hoy poseemos un pensamiento del paisaje pero ya no tenemos pensamiento paisajero, es decir, carecemos de ese pensamiento concreto, vivo y activo que se plasmaba en bellos paisajes. Convertir en fetiche el objeto de consumo (turístico, inmobiliario, académico, etc.) que es hoy el paisaje, no servirá para reencontrar esa manera de ser que se encarna en el pensamiento paisajero.