La esclavitud, un fenómeno de tiempos pasados, no solamente perdura en la actualidad sino que se está extendiendo al amparo de la globalización económica y de las políticas migratorias restrictivas de los países más ricos del mundo.
Hoy día se trata de una sumisión más sofisticada, a veces virtual y en ocasiones de carácter temporal, pero igual de humillante que en la época de los grandes imperios coloniales que recurrieron a la mano de obra esclavista.
Este libro pone nombre a las víctimas y otorga voz a los perdedores de la sociedad: David Dusster recorre India, Filipinas, Brasil, Honduras, Camboya, Marruecos, China, Vietnam o Suráfrica y habla con adolescentes obligadas a prostituirse, mujeres secuestradas para ser vendidas como esposas, niños obligados a trabajar, campesinos forzados a emigrar a las grandes ciudades, pero también ofrece la palabra a aquellos inmigrantes que buscaron el paraíso europeo y han conocido la explotación en España: mujeres rumanas traficadas por redes de explotación sexual, paquistaníes que malviven de obra en obra y sirvientas domésticas sin protección.