UNA NOSTALGIA POR EL SER
El hombre sigue siendo un misterio para sí mismo. Padece una nostalgia por el Ser, un anhelo de duración, de permanencia, de Absoluto: un anhelo de ser. Sin embargo, todo lo que constituye su vida es temporal, efímero, limitado. Él aspira a otro orden, a otra vida, a un mundo que está más allá de él. Siente que su propósito es participar.
Busca una idea, una inspiración, que pudiera moverlo en esa dirección. Esto surge como una pregunta: «¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo en este mundo?» Si esa pregunta llega a ser lo suficientemente viva, podría dirigir el curso de su vida. Él no puede responder. No tiene nada con qué responder. Ningún conocimiento de sí para enfrentar esa pregunta, ningún conocimiento que le sea propio. Sin embargo, siente que debe darle la bienvenida. Se pregunta a sí mismo qué es él. Éste es el primer paso en el camino. Quiere abrir sus ojos. Quiere despertar.
Basado en los cuadernos escritos por la más cercana discípula de G. I. Gurdjieff, este libro ofrece una nueva comprensión de su enseñanza espiritual: un camino de gnosis o «conocimiento del ser», transmitido desde la más remota antigüedad.
Es una guía completa y excepcionalmente autorizada, una guía hacia las ideas del gran maestro y hacia su método para liberarnos a nosotros mismos del estado de «sueño despierto» en el cual la mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas.
Gurdjieff respetaba las prácticas religiosas tradicionales y las consideraba dentro de tres categorías o «caminos» generales: el camino del faquir, relacionado con el dominio del cuerpo físico; el camino del monje, basado sobre la fe y el sentimiento, y el camino del yogui, centrado en el desarrollo de la mente. Él presentó su enseñanza como un «Cuarto Camino», que integraba estos tres aspectos dentro de una vía única de conocimiento de sí mismo. El progreso en el «Cuarto Camino» se produce a través del esfuerzo consciente hacia una calidad de pensamiento y sentimiento que aporta una nueva capacidad de ver claramente y de amar.
JEANNE DE SALZMANN nació en 1889 en Reims (Francia), y creció en Ginebra (Suiza). Se casó en 1912 con Alexandre de Salzmann, un reconocido pintor ruso, y lo acompañó de regreso a su hogar natal en Tbilisi, en la región montañosa del Cáucaso, al sur de Rusia. Conoció a Gurdjieff en 1919 en Tbilisi, se integró a su trabajo y permaneció cerca de él hasta su muerte, en París, treinta años más tarde.
Antes de morir, Gurdjieff encargó a la señora De Salzmann que viviera «más de cien años», hasta establecer su enseñanza. Le legó todos sus derechos sobre sus escritos y sus ejercicios de danza, llamados los «Movimientos».
Durante los siguientes cuarenta años ella dispuso la publicación de sus libros, así como la preservación de los «Movimientos», y estableció centros Gurdjieff para la práctica de la enseñanza en París, Nueva York, Londres y Caracas.
La señora De Salzmann falleció en París en 1990, a la edad de 101 años.