"Cada año, por ejemplo, me quedo un poco sorprendido cuando me entero de que varios de mis estudiantes, y un buen número de quienes asisten a mis conferencias sobre budismo, creen que yo soy budista. Sin duda no encuentran normal que alguien pueda observar el budismo desde una perspectiva tan positiva, apreciar verdaderamente la coherencia interna de esta tradición o hablar de ella con arrobo, sin que quien lo hace sea budista. Cuando les digo que soy cristiano, frecuentemente se quedan extremadamente sorprendidos. Algunos me preguntan cómo puedo continuar creyendo en Dios, continuar siendo cristiano tras haber estudiado en profundidad el budismo, convencidos de que esa vía responde mejor a las necesidades del mundo contemporáneo."