A veces se rebelan, se averg252;enzan, se cansan de nosotros... pero que nadie se enga241;e: seguimos siendo el modelo de referencia para nuestros hijos. As237; lo expresan Dorothy Law Nolte y Rachel Harris, las autoras de este libro pr225;ctico y enormemente inspirador: los adolescentes aprenden de nuestro ejemplo; de lo que hacemos, no de lo que decimos.
-Si viven con tensiones, aprenden a estar estresados.
-Si viven con promesas incumplidas, aprenden a sentirse decepcionados.
-Si viven con confianza, aprenden a decir la verdad.
-Si viven con una atenci243;n cari241;osa, aprenden a amar...
Articulado a partir de enunciados como 233;stos, que abren cada cap237;tulo, esta obra recorre con intuici243;n y sentido com250;n las verdades de una educaci243;n amorosa y responsable.
Educar a trav233;s del ejemplo, permanecer "en sinton237;a" con nuestros hijos, mantener abiertos los canales de comunicaci243;n, encontrar el equilibrio entre las normas y la creciente independencia... Con perspicacia y sabidur237;a, esta obra se centra no tanto en los problemas de los j243;venes como en el trabajo de aprender a respetar a nuestros hijos y a establecer buenas relaciones con ellos; s243;lo as237; podremos ayudarlos, por duro que a veces pueda resultar, a navegar por las turbulentas aguas de la adolescencia. Apoy225;ndose en casos reales, Dorothy Law Nolte, maestra, y Rachel Harris, psicoterapeuta, recorren, uno a uno, los temas clave de la adolescencia 8211;presi243;n social, responsabilidad, imagen, sexualidad, salud, comportamientos peligrosos... - y nos ofrecen sabios consejos para guiarles y apoyarles en los momentos m225;s delicados, desde la primera salida nocturna hasta los conflictos de orientaci243;n sexual. Adem225;s, nos dan pautas para encontrar el mejor modo de comunicarnos con los adolescentes, para implicarnos en su vida sin inmiscuirnos, e incluso nos proponen modos efectivos de iniciar una conversaci243;n y maneras pr225;cticas de establecer l237;mites sin comprometer su libertad. Una valiosa herramienta y una maravillosa inspiraci243;n que nos ayudar225; a parecernos a aquel padre o madre que siempre hemos deseado ser. La filosof237;a es compleja y sencilla a un tiempo: ser un buen padre consiste, en el fondo, en ser una buena persona. Nada m225;s. Y nada menos.