Considerada hoy como una de las comedias más atractivas y de mayor éxito en las tablas, «Don Gil de las calzas verdes» es uno de los testimonios más completos de lo que fue el virtuosismo técnico de Tirso de Molina. Nos hallamos ante un compendio de originales hallazgos formales, de un hábil sincretismo entre lo popular y lo culto, de cómo explotar al máximo los diferentes juegos de identidad asociados a la
ropa, a la voz y al movimiento, de recursos teatrales diseñados para modular personajes hoy considerados «clásicos» y de un sentido del humor que puede leerse también como censura de ciertas prácticas sociales. Tirso de Molina es un creador excepcionalmente dotado para la construcción de atmósferas y paisajes. En esta obra ofrece una visión de Madrid que revela una sorprendente familiaridad con el tejido urbano.