En 1953, en una reseña, Ignacio Aldecoa afirmaba: "El tiempo, ese gran fantasma, no desata nada, anuda. El tiempo, ese gran contable no borra, hace surco con su milagroso lápiz." Un gran surco dejó abierto Ignacio Aldecoa en 1969, un camino por el que la narrativa española ha podido avanzar y fructificar, gracias a la labor realizada, entre otros, por nuestro autor y sus compañeros de generación, la denominada generación del medio siglo o los niños de la guerra. Él mismo ya vislumbraba una senda posible en aquellos años; "El arte de novelar, la ciencia de novelar el clima para novelar, los procedimientos para novelar están en España todavía en embrión. No nos invada la desesperanza. El embrión puede desarrolarse y dar lugar a un ser completo y hasta perfecto."
Junto a una antología escogida de sus relatos, "el maestro del cuento" es analizado y estudiado en este volumen por una excelente representación de continuadores.