Convocado por su anciano tío, Ambrose Tree viaja hasta la mansión de Drogo Hall, donde, junto al fuego de una imponente chimenea, el viejo le cuenta la historia de Harry y Martha Peake. El relato comienza con el recuerdo del fatídico día en que Harry, bajo los efectos del alcohol y en un arrebato de locura, incendia su casa, con lo que pierde a su mujer y queda terriblemente desfigurado para siempre. Harry Peake abandona su hogar y se traslada con su hija Martha a los bajos fondos del Londres del siglo XVIII, donde alquilan una modesta habitación y viven, durante un tiempo, en paz. No obstante, la débil voluntad de Harry se verá pronto alterada, y le llevará a cometer un detestable acto de violencia contra su querida hija. En estas circunstancias, Martha Peake se ve obligada, muy a su pesar, a abandonar a su padre y viajar hasta América, donde su destino y el destino de una nación sufrirá un importante revés. Con esta novela, Patrick McGrath vuelve a crear un escenario inquietante, lleno de reminiscencias de la mejor ficción victoriana, en el que se lleva a cabo una reflexión sobre la obsesión amorosa y las fronteras entre la locura y la cordura.