A medio camino entre la memoria y la ficción, Pan negro gira en torno a Andrés, un muchacho que crece en los años más crudos de la posguerra. Él pertenece al bando de los perdedores: su padre, hombre de firmes ideales republicanos, ha sido encarcelado por «rojo»; su madre se ha visto obligada a trabajar en la fábrica y confía a su hijo a unos parientes que viven en el campo. Poco a poco se produce un cambio sustancial en Andrés, que de perdedor pasa a sentirse ganador, en una metáfora del país que asimila la derrota y acepta, con pasividad, una victoria que no es la suya. A pesar de vivir lejos de sus padres, en un clima de miedo palpable, el tiempo en la masía está lleno de sentimientos y descubrimientos: el misterioso mundo de los adultos y los primeros pasos en las sendas del sexo. Es también un tiempo de amistades valientes, de cuentos explicados a la vera del fuego, de juegos al aire libre, de pan con vino y azúcar… de pan negro.