Publicado en 1917, POR QUÉ NO SE DEBEN HACER JUICIOS DE VALOR EN LA SOCIOLOGÍA Y EN LA ECONOMÍA es un artículo en el que Max Weber (1864-1920) explica el sentido de este precepto, consecuencia de la diferencia lógica existente entre el ámbito de la constatación o explicación de los hechos y el de la valoración de los mismos. Las ciencias sociales sólo pueden formular enunciados sobre los medios racionalmente adecuados para conseguir fines previamente determinados pero cuya validez, en último término, no puede ser establecida racionalmente. No obstante, el que las ciencias sociales no puedan emitir juicios de valor no implica para Weber que éstos no puedan ser analizados científicamente: en el presente ensayo muestra un procedimiento para efectuar este análisis sin hacer, a su vez, juicios de valor. Desde estos planteamientos desvela la carga valorativa de algunos conceptos utilizados en las ciencias sociales, como el concepto de «progreso».