El mejor cantero de América, el viejo Nick Molise está de nuevo en crisis con su mujer. Ninguno de los hijos quiere intervenir; por otra parte, Nick no tiene intención de pedir nada a nadie, y menos cuando, a pesar de la edad, alberga un montón de proyectos. Su sueño, tampoco demasiado secreto, era una tribu de hijos-albañiles seguidores de su arte, y en cambio tiene que habérselas con un guardafrenos, un empleadillo de banca y un escritor. A despecho de su innata pereza, Henry -un álter ego de John Fante- deja mujer e hijos y se embarca en un avión para sumergirse en el mundo de sus padres. Y su padre lo pilla desprevenido invitándolo a una empresa tan absurda como inútil: construir un secadero de pieles de ciervo, en un pueblo imposible. Henry en un principio duda, después acepta, atraído por la panda de chiflados amiguitos de papá... «Rezuma todo el aroma Fante en su estado más puro y salvaje, desde la primera línea. Es un autor que consigue no decepcionar nunca ni a uno solo de sus seguidores, es una pasión que dura para siempre por una sencilla razón: siempre es igual a sí mismo» (Mercedes Monmany, ABC); «Uno de esos tres o cuatro títulos realmente maravillosos que nos aguardan entre el aluvión editorial de cada temporada» (Pedro Martínez Zarracina, El Correo).