A las puertas del nuevo milenio, la arqueóloga Catherine Alexander descubre en el Sinaí seis papiros escritos en el siglo I d.C., en los que se menciona el nombre de Jesús y que contienen unas revelaciones inquietantes, de un valor histórico y espiritual incalculable. Pronto se propaga la noticia del hallazgo, y desde ese mismo momento a Catherine no le quedará otro remedio que huir. Con la ayuda de otro arqueólogo y de un sacerdote con el que establece una ambigua relación, emprenderá una carrera contrarreloj para tratar de preservar los manuscritos de la codicia de gobiernos, coleccionistas sin escrúpulos y la propia Iglesia, que ve tambalear sus propios fundamentos.