El hombre en suspenso (1944) es la primera novela de Saul Bellow. En ella esboza temas a los que regresará en obras posteriores -en Herzog o en La víctima-, como la necesidad del hombre de expresar sus sentimientos más íntimos, la naturaleza de la libertad o la posibilidad de elegir. Estas reflexiones son las que se hace Joseph en su diario durante un año sabático «forzoso» en el que espera una incorporación a filas que no acaba de llegar. Sus apuntes son testimonio de su incesante deambular por las calles de Chicago, de sus recuerdos, y de su reacción psicológica a la inactividad mientras la guerra ruge a su alrededor. «Uno de los testimonios más sinceros sobre la psicología de toda una generación crecida durante la Depresión y la guerra.» EDMUND WILSON, The New Yorker