Unos 1.500 € es el precio por el que Muthana Muhsen vendió a sus hijas, Zana, de quince años, y Nadia, de catorce. Después de unas fantásticas vacaciones, las niñas fueron obligadas a casarse, fueron humilladas y se convirtieron en prisioneras en un pueblo perdido del Yemen. Zana ha logrado huir del infierno pero su hermana todavía sigue allí...