Hace ya veinticinco años que José Luis Coll publicó su primer diccionario, tan provocador, diferente al resto y, sobre todo, divertido, que cosechó un espectacular y merecido éxito. Ahora que está tan de moda el género, Coll no ha podido evitar la tentación de jugar nuevamente con las palabras, retorcerlas, estirarlas e incluso hacerles la cirugía estética para descubrir en ellas matices y sentidos desconocidos, hasta llevarlas a un lugar que nunca hubieran soñado pisar: el dominio del humor, que abarca desde la sonrisa de complicidad a la carcajada más estentórea.