La alimentación actual, prioriza los productos refinados e industrializados, es mucho menos rica en micronutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos) que la de nuestros abuelos. Los cereales, cuando están desprovistos de su cáscara natural para conseguir que parezcan más blancos y para que se conserven más tiempo, pierden una gran parte de su contenido nutricional. Los campos de cultivo han sido "lavados" mediante una agricultura a menudo intensiva y la verdura que crece contiene, en consecuencia, menos nutrientes.
Si queremos reponer nuestras reservas para hacer frente a situaciones de estrés, lo primero que debemos hacer es priorizar los productos integrales (pastas, arroz, pan, azúcar) y también frutas y verduras ecológicas. Este aporte nutricional, más intenso, contribuye a mantener un buen tono físico y mental. Finalmente cabe decir que el estrés aumenta la producción de radicales libres, responsables de la aceleración en el envejecimiento celular.
Para que el estrés no tenga consecuencias desagradables a largo plazo, deberemos darle a nuestro organismo herramientas con las que protegerse de esas pequeñas bombas retardadas, es decir, fruta, verdura, cereales. Todo ello contribuye a una base alimenticia equilibrada y especialmente adaptada a las presiones que el organismo debe afrontar en momentos de tensión.
En este libro encontrara la relación de los 20 alimentos indispensables y 40 recetas apetitosas y sencillas de preparar para la cocina de cada día y sobre todo beneficiosa para la salud.