Este libro reconstruye uno a uno los pasos que el texto del Quijote siguió desde la pluma del novelista hasta el momento mismo de llegar a las manos del lector: los borradores de Cervantes, la copia puesta en limpio por un amanuense, las revisiones a que después la sometió el autor, los reparos de la censura, la confección material del libro en los talleres de Juan de la Cuesta, con todas las alteraciones que los tipógrafos solían infligir a los originales; y, en una etapa posterior, los cambios y añadidos que Cervantes realizó en la segunda y en la tercera edición del Ingenioso hidalgo. Ese recorrido echa luz sobre muchos aspectos del Quijote y sobre las formas de entenderlo, desde su mismo título (que sólo en parte responde a la voluntad del escritor), su estructura narrativa o el tópico de los “descuidos de Cervantes”; y en especial sienta las bases para editar más correctamente tanto la obra maestra de la literatura española como la mayoría de los grandes textos del Siglo de Oro, de La Celestina y el Lazarillo a El burlador de Sevilla y La vida es sueño. Porque la edición depurada de los autores clásicos debe partir del conocimiento de cómo se hacía un libro en la época de la imprenta manual y cuáles eran los factores que determinaban el control y los usos del impreso en el Antiguo Régimen. Combinando una amplia perspectiva teórica con el análisis detallado de los modos de escritura y producción, Francisco Rico reflexiona aquí no sólo sobre el Quijote y sus problemas, sino también sobre el conjunto de operaciones intelectuales y materiales que supone la edición de un texto antiguo, es decir, el transvase de un discurso desde los códigos de una cultura hasta los de otra.