El paso de la ilustración al Romanticismo, ese momento inaugural de una nueva época, tiene en Goethe y Hegel a dos de sus figuras centrales. Szondihace un analisis riguroso y brillante de la articulación entre clasicismo y modernidad. El punto de partida es bien sencillo y , a la vez, extremadamente complejo: ¿cómo es posible conciliar la intemporalidad implícita en las propuestasclasicistas propias de la Ilustracióncon la historicidad de lo bello y del arte, la poesía y el drama - rasgos propios de nuestro mundo-, a la vez que ponen en cuestión lo fundado de las concepciones hasta entonces vigentes, implican una profunda transformación de los valores dominantes y abren un proceso que dura hasta nuestros días.(...)