El ser humano, ser libre e histórico, antes de hablar y actuar sobre el mundo tiene que concebir la realidad que le rodea. Como ser lanzado a la aprehensión y a la intelección del ser se aproxima a las cosas por medio de sus sentidos. Como ser espiritual, transforma lo que percibe, la sensación sensible y concreta, en algo espiritual, mediante la abstracción y la representación simbólica. El ser humano, percibe el mundo, lo abstrae, lo representa a su conveniencia, y lo convierte en contenidos de conciencia, es decir en significados. La condición histórica del ser humano hace que el propio ser humano, en relación recíproca con los demás miembros de su historicidad, de su comunidad lingüística, ofrezca sus propios contenidos de conciencia a los demás y acepte los de los demás como propios, convirtiéndolos así en comunes. El significado, de esta manera, se hace tradicional, es el soporte de las propias estructuras mentales, y es la manifestación de la propia historicidad del hombre. Todo esto es un proceso de abstracción y representación del mundo, constituyendo el llamado proceso de intelección.
El proceso de intelección se da y se manifiesta, por un lado, en el aprendizaje del lenguaje en su doble vertiente de adquisición de las estructuras mentales y de adquisición de las estructuras lingüísticas; y, por otro lado, se manifiesta en la tradición, acervo de significados, procedimientos y estructuras comunes en una comunidad de hablantes.
Este libro analiza el planteamiento del problema de la intelección según la gramática generativa y la lingüística cognitiva representadas en Chomsky y Lakoff, respectivamente; da una solución propia al problema; estudia su manifestación en el aprendizaje de una lengua, en el significado categorial de los adjetivos, y en los adjetivos de la lengua inglesa.
En todo momento este libro concluye sobre el carácter histórico, libre y no determinado, de los significados y de las estructura mentales.