El mismo Dios que ha cambiado la vida de los hombres ?y su muerte- cambió de vida, desde su nacimiento hace tres mil años. De rostro y de sentido. El nombre de origen permanece, pero el Ser bautizado por turnos DIEU GOD DIOS no tiene los mismos rasgos en el año 500 a.C., 400 d.C. y 2004, en Jerusalén, Constantinopla, Roma, Boston o México. El Dios de los hebreos vengativo y omnipotente no es el Dios consolador e íntimo del cristiano ni es la Energía cósmica impersonal del New Age. Nuestro propósito: extraer de nuevo las peripecias de una génesis, las bifurcaciones de un itinerario y los costos de sobrevivir ¿Cómo? Escrutando lo prosaico del Cielo. Dirigiendo los proyectores del proscenio hacia los bastidores y las maquinarias de la producción divina; remontándose de la Ley a las Tablas del mismo nombre, ala manera del idiota que mira el dedo cuando el sabio chino le muestra la luna. ¿Y con que fin? Esclarecer la otra historia de lo Eterno con la de Occidente y viceversa. Zonas de sombras incluidas. Y para esclarecernos nosotros mismos.