En el marco general de los estudios consagrados a la filosofía y al movimiento de las ideas en el siglo XVIII, la Encyclopédie ocupa siempre un lugar importante. No puede ser de otra manera, puesto que esta iniciativa, concebida en principio como la traducción y adaptación francesa de la Cyclopaedia inglesa de Ephraim Chambers (publicada en 1728), terminó por convertirse, en manos de sus editores definitivos -Denis Diderot y Jean le Rond d'Alembert- en una obra nueva y singular, encarnación del espíritu de la Ilustración. Redefinida por ambos editores en sus declaraciones protramáticas de 1750 (el Prospectus de Diderot) y 1751 (el Discours préliminaire de d'Alembert), la Encyclopédie comenzó a aparecer desde 1751, suscitando, a la vez que una inmediata adhesión de un vasto público, la no menos inmediata reacción contraria terminaría por conseguir la prohibición de la obra en 1759, aunque los últimos 10 volúmenes de texto aparecieron en 1765, es también cierto que la pluralidad e incluso la disparidad encontraron un lugar en la misma empresa enciclopèdica, elaborada -como decia el frontispicio desde la aparición del tomo primero- "par une société de gens de lettres". Es a esta pluralidad de voces -pluralidad manifiesta, bajo el estandarte general de la empresa filosófica, en las diferentes áreas del proyecto enciclopédico: en la filosofía, en las ciencias médica y natural, el derecho y la política- a lo que ha querido prestar oído la iniciativa que se despliega y presenta en este volumen.