Suele decirse que ningún animal, fuera del hombre, tropieza dos veces en la misma piedra. En efecto, el animal posee por herencia genética unos programas de conducta (instintos) que ejecuta de modo casi mecánico. Pero el hombre nace libre y ello tiene un precio: sus programas de conducta no están predeterminados. Ni en cuanto a lo que debe hacer ni en cuanto al /modo /adecuado para hacerlo. Por eso el hombre ha de aprender, tanto lo que debe hacer, como el modo o camino para hacerlo eficazmente.Sea una actividad artística, sea intelectual, sea científica o técnica, para todo ello se han de elegir los caminos o métodos más adecuados, que la hagan viable y la lleven a su término o madurez. Así p.e. el que quiere dar en un blanco lejano, ha de apuntar y ejercitar la operación de tiro. Nada difícil o elevado se consigue por azar. Pues bien, de esto se ocupa la obra que tienes en tus manos: de los métodos de nuestra actividad sea técnica, científica, creativa o de cualquier otro tipo, incluso política. Porque, aparte de los métodos específicos para cada trabajo o actividad, existen unos métodos generales, más profundos y comunes, enraizados en la naturaleza de nuestra mente racional y progresiva. Así p.e. el modo correcto de dudar o preguntar e indagar es algo común a casi todas nuestras actividades. Y lo mismo otros aspectos, como el de analizar, abstraer, sintetizar, experimentar, razonar, calcular, etc. Sobre estos métodos universales de la razón progresiva se trata en esta obra. Desde antiguo fueron investigados y poco a poco se han ido perfeccionando; incluso algunos aspectos hasta se han olvidado con el tiempo; pero quedan fijados en las obras de los clásicos del pensamiento humano. El autor, pues, se ha tomado el trabajo de recogerlos, repensarlos, completarlos en cuanto sea posible y ponerlos al día. Sólo tienes que tomarte el trabajo de leer atenta y pausadamente, pensando por ti mismo y confrontando con tu propia experiencia lo que aquí se te sugiere.Toma y lee.