El autor describe «las heridas» (enumera hasta once) de San Ignacio, externas e internas, recibidas a lo largo de su vida, cómo impactaron en él y cómo las fue procesando. El libro aclara e ilumina esa ruta ignaciana en lo que tiene de heridas -por las que Dios entró en su vida- que se trasforman en enriquecimiento humano y santidad.
Todo un acierto desde la propia concepción del texto. Porque libros sobre Ignacio hay muchos, pero no con este enfoque tan preciso, atrayente y práctico.