En Paracelso, la ninfa se presenta como una criatura de carne y hueso, creada a imagen del hombre, pero que, a diferencia de las otras criaturas no adánicas de su estirpe, puede recibir un alma si se une carnalmente con él, haciéndose así verdaderamente humana. En Boccaccio, la conjunción amorosa con la imagen, símbolo del conocimiento perfecto, aparece ya como imposible unión sexual con una Imago transformada en criatura que "come y bebe"... A partir de estas sugerencias, Giorgio Agamben se abre paso, con ayuda de un rico y preciso material erudito, en el territorio de la naturaleza misteriosa y dual de las ninfas, en una indagación que le da pie para llevar a cabo breves incursiones, cargadas de potencialidades teóricas, en los ámbitos de la literatura, el cine, la historia del arte, la antropología, la filosofía, la política o el erotismo.
Este libro es, sobre todo, una reflexión, cuya relevancia asombra por su concisión, sobre la imaginación, presidida por las figuras tutelares de Aby Warburg y Walter Benjamin asociados, entre otros, en una constelación teórica y dialéctica dotada de un insólito poder de iluminación. "La historia de la humanidad es siempre historia, historia de fantasmas y de imágenes, porque es en la imaginación donde tiene lugar la fractura entre lo individual y lo impersonal, lo múltiple y lo único, lo sensible y lo inteligible y, a la vez, la tarea de su dialéctica recomposición. Las imágenes son el resto, la huella de todo lo que los hombres que nos han precedido han esperado y desechado, temido y desterrado. Y puesto que es en la imaginación donde algo como la historia se ha hecho posible, es en la imaginación donde ésta debe decidirse de nuevo una y otra vez".