Navidad es la fiesta más humana de la fe, puesto que nos hace sentir de la manera más profunda la humanidad de Dios. En ningún otro lugar se puede percibir como en el pesebre lo que significa que Dios ha querido ser Emanuel, Dios con nosotros, un Dios con el que nos tratamos de tú porque nos sale al encuentro como niño. Así, la Navidad es también de manera especial una fiesta que invita a la meditación, a la contemplación interior de la palabra.