Con frecuencia, encontramos en los medios de comunicación llamadas a una regeneración ética de la sociedad pero es menos habitual que alguien proponga cómo realizarla; pues bien, Karol Wojtya muestra que solo lo logrará aquella ética que intente mejorar intrínsecamente al hombre como persona. Por eso, frente al utilitarismo de los positivistas y pragmatistas, frente al formalismo kantiano o la ética de valores de Scheler, propone una ética que se fundamenta en la verdad sobre la persona humana.