El «Libro de la Vida» es la obra más sobrecogedora de Santa Teresa, «la más intensa revelación de un alma con que cuentan nuestras letras» (F. Lázaro Carreter). «Mi alma», lo llamó la autora. Así supo verlo también Miguel de Unamuno: «Otros pueblos nos han dejado sobre todo instituciones, libros; nosotros hemos dejado almas. Santa Teresa vale por cualquier instituto, por cualquier Crítica de la razón pura». Un alma es una figura ejemplar de existencia. El «Libro de la Vida» es un alma por cuanto en él se expresa un sujeto moderno que se ha ido constituyendo al filo de sus experien-cias, narrativamente, adelantándose a la vía intros-peccionista de Montaigne y de Descartes. Estamos, pues, ante «el libro más personal de toda la literatu-ra española» (V. García de la Concha).