El poema épico de Gilgamesh constituye la obra cumbre de la literatura de la antigua Babilonia. Así fue percibido por los pueblos del Cercano Oriente, a juzgar por los numerosos fragmentos del poema rescatados en las ruinas de muchas ciudades de la Mesopotamia e incluso en sitios arqueológicos de Siria, Palestina y Turquía. Gracias a ello ha sido posible reconstituir gran parte de la obra original y seguir el hilo de su argumento: la historia de un tirano cuyo encuentro y amistad con un salvaje lo transforman en un rey amado por su pueblo. Juntos emprenden proezas sobrehumanas, pero la muerte del amigo le hace tomar conciencia de que él mismo habrá de morir. Obsesionado por esa idea se lanza entonces a la más extraordinaria de sus aventuras, que lo lleva hasta los confines del mundo para arrancar el secreto de la inmortalidad al único hombre a quien los dioses la habían otorgado: el héroe del diluvio. Éste le indica cómo obtener la planta de la juventud, que le roba la Serpiente Primordial. Al asumir plenamente su condición mortal se consuma el proceso de su humanización.