Nombrar es un acto mágico, especialmente cuando decidimos cómo se llamará un nuevo ser que llega al mundo. Al ser para siempre, este acto de amor es más importante de lo que parece y conlleva una responsabilidad para los padres. Al asignar un nombre casi estamos concibiendo por segunda vez, ya que transferimos al bebé una esencia, un determinado carácter, sonido, energía. Nuestro nombre es parte indisoluble de lo que somos, y guarda una conexión íntima con lo más profundo de nuestro ser.
Este libro es una llave al universo de la onomástica y su sabiduría. Incluye una completa selección de nombres masculinos y femeninos (tanto del santoral como profanos) con su significado y procedencia, así como numerosas curiosidades.