«Amalia Bautista y José del Río nos han dado cada uno una ciudad que es la misma y es distinta. Nos han dado de ella sólo unos trozos, trozos magníficos, valiosos, perdurables. Y esos trozos juntos forman una sola ciudad que complementa, que completa más bien, la nuestra. La ciudad que nos han dado es a un tiempo desoladora y cercana, bonita e inhóspita. Los poemas tienden a una tristeza insoluble y un tristísimo desgarramiento; el que nos produce el paso de un tiempo que todo lo devora: deseos, sueños y recuerdos. Las fotos nos llevan a lugares de la ciudad en los que quedamos expuestos a un mayor desasistimiento. Son poemas y fotos modernos, son cántaros rotos también. Claro que “pongamos que no hablo de Madrid”, diríamos parafraseando la célebre canción del juglar, que de lo que están hablando Amalia y José no es ni siquiera de sus almas, sino de la mía y de la tuya, mon semblable.» Del prólogo de ANDRÉS TRAPIELLO