Publicado originalmente en 2006, El pan cotidiano es un único «poème», según reza su subtítulo. Este único poema está compuesto en realidad por 140 dizains, es decir, por 140 estrofas de diez versos decasílabos rimados siguiendo siempre la misma estructura. La cotidianidad presente en su título se materializa en el lugar y la fecha de escritura de casi todos los poemas, consignados al final de los mismos. En ocasiones el autor añade a estos datos de lugar y tiempo una breve explicación de la ocasión o la anécdota que generan el poema. El primero de los textos está fechado en febrero de 2002 y el último en julio de 2005, lo que cubre más de tres años de escritura. Asistimos a un viaje por la intimidad de su autor: cada poema o fragmento del único gran poema da cuenta de un instante de vida, de un pensamiento ocasional, de una impresión, de una sensación, de un recuerdo, de una imagen, de una ensoñación, de un momento vivido en el presente o en el pasado (poca diferencia hay, pues el presente se vive con la distancia del pasado y el pasado se incorpora a la presencia del presente). No parece haber un orden preconcebido en la estructura del libro, sino que la sucesión de los fragmentos se ofrece tal y como el azar de la vida nos ha ido entregando las vivencias. El libro (o el poema) será el reflejo de la vida, casi tan verdadero como la vida misma, o al menos en absoluto engañoso. Si lo real está destinado a querer decirnos algo, lo dirá por sí solo. Como ha dicho Cliff en algún lugar, para justificar la escasez de metáforas en sus poemas: «Es lo real mismo lo que debe volverse metafórico».