El autor reflexiona en sus versos sobre el quehacer poético; y su palabra se detiene en la estancia idealizada de la niñez. Pero también recoge su preocupación por la vida del hombre de hoy; se pregunta por la divinidad y aspira a la «empresa prometeica» de crear un nuevo espacio sagrado frente al vacío existencial de nuestro tiempo. Busca un poema luminoso, pulido, breve, dispuesto a transitar territorios que el discurso ordinario rehúye o aborda de modo convencional. Rómulo Bustos (Santa Catalina de Alejandría, 1954), premio nacional en dos ocasiones, está considerado como uno de los grandes poetas colombianos vivos.