Bajo el título genérico de Poemas se agrupa toda la obra poética póstuma de Bataille, inédita hasta la publicación de sus Obras completa por Gallimard en 1971. Debemos a Tadée Klossowsky el mérito de haber expurgado entre sus manuscritos las estrofas, eliminadas en unos casos, desechadas en otros, de la obra publicada. Su criterio de clasificación, pura y simplemente cronológico, nos ofrece los poemas en el mismo orden de su desvelamiento póstumo, y así, junto a lo que se ha dado en tomar por versión definitiva se encuentran otras versiones, no menos definitivas, de una obra que se define como un conjunto de gestos transgresivos (negatividad de base) en presencia (enfrentamiento y correlación) del sentido y del sujeto (Chatain).
La imaginación poética como búsqueda dolorosa, que es verdadera búsqueda (así la definía Bataille) se nos ofrece aquí en un estado puro. La imagen trasciende su enigma, su definición, y una eficacia nueva no exenta de violencia, la sucede. Violencia que al ejercerse, en primer lugar y principalmente consigo misma, convierte a la lectura en un riesgo, devolviéndola así a su función originaria, incantatoria: agresiva apropiación de un despropósito. Pero ¿se trata en efecto de imágenes? En cualquier caso lo serían al mismo título que los otros enunciados mayores de su pensamiento: así, la Risa, el Erotismo, el Sacrificio, el Exceso, tejen una compleja red sobre la experiencia de lo imposible, de la que la poesía no es más que expresión soberana. Por eso la poesía, que es la más inocente de todas las ocupaciones es también el más peligroso de todos los bienes.