El autor de este poema parte para su creación del entusiasmo vibrante por los hechos, grandes o agrandados, cumplidos por las gentes de su misma vividura, igual que los juglares poetas de las gestas.Partícipe de arraigado sociocentrismo (Caro Baroja) considera a España lo mejor del mundo, a Castilla lo mejor de España, a la montaña (que no creo deba en el poema interpretarse sólo como la Montaña santanderina) lo mejor de Castilla; Alfonso el Casto lleva su simpatía frente al emperante francés, pero el conde castellano resulta aureolado por encima del rey leonés o el navarro.Canta, pues, temas de la épica castellana, adopta su andadura a veces, tiembla con el mismo ardor nacional.(De la edición de don Emilio Alarcos Llorach)